La planta de té, Camellia sinensis, es originaria de Asia Oriental y es conocida por sus propiedades beneficiosas para la salud. Si quieres cultivarla en casa, sigue estas recomendaciones:
Semillas: Lo primero que necesitas son semillas de calidad. Procura obtenerlas de un proveedor confiable y asegúrate de que estén frescas. También puedes propagar la planta a partir de esquejes.
Suelo: La planta de té necesita un suelo ácido y bien drenado. Si el pH del suelo de tu jardín es demasiado alto, añade materia orgánica o tierra de brezo para bajarlo. El suelo también debe ser rico en nutrientes, por lo que es recomendable agregar compost o fertilizante orgánico.
Clima: La planta de té prefiere climas cálidos y húmedos, con una temperatura media de entre 20 y 30 grados Celsius. Si vives en un lugar con inviernos fríos, es posible que debas protegerla en esta época del año.
Plantación: Siembra las semillas en macetas pequeñas llenas de tierra rica en nutrientes, y mantenlas húmedas. Cuando las plantas alcancen unos 20 cm de altura, transplántalas a una maceta más grande o al jardín.
Cuidados: La planta de té necesita cuidados constantes para crecer fuerte y saludable. Asegúrate de regarla regularmente, mantener el suelo húmedo y evitar hacerlo con agua fría. La poda también es importante para su crecimiento y para lograr la forma deseada.
Recolección: La cosecha de la planta de té depende de su variedad y del clima. En general, las hojas jóvenes son las mejores para su consumo. Cuando recojas las hojas, asegúrate de hacerlo a primera hora de la mañana, antes de que los rayos del sol las sequen.
Consumo: ¡Disfruta de los beneficios del té hecho en casa! Entre algunos de los beneficios de beber té están la reducción de la inflamación, la mejora de la digestión y la protección contra los radicales libres.