La tierra y el sustrato son dos términos que a menudo generan confusión entre los amantes de las plantas. Aunque ambos se utilizan en la jardinería, no son exactamente lo mismo.

La tierra se refiere al suelo natural que se encuentra en la superficie terrestre. Es el material que conforma el suelo, compuesto por minerales, materia orgánica, agua y aire. En el caso de la jardinería, solemos hacer referencia a la tierra como el suelo que forma parte de nuestro jardín o macetas, y que puede ser extraído de nuestro entorno natural.

Por otro lado, el sustrato es un material artificial o preparado que se utiliza como medio de cultivo para las plantas. A diferencia de la tierra, el sustrato suele ser una mezcla de diferentes componentes, como turba, arena, vermiculita, perlita, entre otros. Estos componentes se combinan para crear un sustrato específico para el cultivo de diferentes tipos de plantas, como por ejemplo, suculentas o plantas de interior.

La principal diferencia entre la tierra y el sustrato radica en su composición y origen. La tierra es un material natural, presente en el entorno, mientras que el sustrato es creado de forma artificial para proporcionar las condiciones óptimas de crecimiento para las plantas.

En resumen, la tierra se refiere al suelo natural que se encuentra en nuestro entorno, mientras que el sustrato es un medio de cultivo creado específicamente para ofrecer las condiciones ideales de crecimiento para las plantas.